La sociedad Indoaria

Las tribu arias que invadieron la India en el II milenio a, de J.C, pertenecían a los que hoy denominamos pueblos indoeuropeos. Originario de Europa Oriental estos pueblos hablaban una series de lenguas derivadas de un tronco común, el indoeuropeo, y exhibían características raciales similares. Su economía era básicamente pastoril, aunque practicaban también una agricultura muy rudimentaria, y desconocían la moneda y el comercio, realizando simples trueques de productos en los que la unidad de valor era la vaca. Su gran contribución cultural fue la domesticación de caballo, que, juntos con sus ligeros carros de combate, lo convirtió en temibles guerreros.

La organización social básica de los indoeuropeos era la tribu, dentro de la cual los individuos se agrupaban en familias de carácter patriarcal. Las tribu estaban dirigidas por un rey, o jefe militar, y por un gran sacerdote, y se hallaban divididas en tres estamentos sociales: los guerreros, los sacerdotes y los productores ( fundamentalmente pastores, aunque también habían algunos artesanos ), constituyendo los dos primeros la clase dirigente. Estos tres grupo sociales tuvieron si reflejo en la religión, y así vemos que sus dioses se configuraban asi mismo como guerreros, sacerdotes y productores.

Hacia el año 2000 a, de J.C, los pueblos indoeuropeos ( hititas, protogriegos, celtas, itálicos, iranios e indoarios ) irrumpen en la historia y comienzan su expansión hacia el oeste, sur y este de Europa, penetrando también en Asia, primero hasta Anatolia, Mesopotamia, Afganistán e Irán, y finalmente hasta la India. Los indoarios encontraron aquí una civilización urbana muy superior a la suya. Durante su lenta penetración en el subcontinente indio fueron apoderándose de las ciudades que los drávidas habían levantado, sometiendo a sus habitantes a la esclavitud. Nace así en su organización social un cuarto estamento, el de los siervos. Con el tiempo, esos cuatro grupos sociales darían lugar a las castas de la India clásica.

Aunque los indoarios sometieron a las poblaciones indias a la condición de siervos, no por ello desdeñaron su cultura, sino que, conscientes de su valor, acabaron asimilándola. Surgen entonces las monarquías hereditarias y se acrecienta el poder del rey, que acabará transformándose en un dios. Los sacerdotes, encargados de realizar los ritos y de divinizar al rey, mantuvieron todo su prestigio social.

Junto a estas monarquías divinizadas existieron también repúblicas, en las cuales se mantuvo el carácter corporativo del gobierno tribal: las decisiones que afectaban a la comunidad las tomaban, por votación, los cabezas de familia o notables de las tribu, reunidos en asamblea. La tolerancia social y religiosa mostrada por las repúblicas atrajo a muchos hombres que aspiraban a tener mayor libertad para ejercer sus actividades. Sin embargo, en el siglo IV a, de J.C, la monarquía acabo imponiéndose como sistema político en la India, una vez conquistada por el reino de Magadha la última república que se mantenía de pie.